Todos hemos oído hablar de los Omegas pero, ¿sabemos lo que son?

 

Los Omega 3 son los ácidos grasos poliinsaturados, es decir, las grasas “buenas”. Nuestro organismo no las fabrica por sí mismo, por lo que debemos obtenerlas de los alimentos. Podemos encontrarlas en el pescado, en las nueces, en el aceite y las semillas de lino,o en las semillas de chía. El ácido graso omega 3 con mayores propiedades es el DHA. Es muy importante que le demos regularmente a nuestro cuerpo el aporte de estos aceites. El DHA es una grasa esencial para el desarrollo de nuestro sistema nervioso y visual, ya que da forma tanto a la estructura de nuestras neuronas como las células de la retina.

 

Por eso es de vital importancia no olvidarnos de estas grasas tan necesarias para nuestro desarrollo, sobre todo en los primeros años de vida.

 

NIÑOS Y OMEGAS

Los niños de hoy en día están más ocupados casi que los adultos. El colegio, los deberes, las actividades extraescolares… por querer llegar a todo, muchas veces no se invierte el tiempo suficiente en cuidar algo tan importante como su alimentación. Y por supuesto nos olvidamos de algo tan “técnico” como el aporte de Omegas. Sin embargo, debemos saber que estas grasas son totalmente imprescindibles para ellos ya desde los últimos meses de gestación y durante sus primeros años de vida, las necesidades de Omegas son muy altas. Con la alimentación actual de un niño, no se suelen cubrir ni la mitad de estas necesidades diarias. Si un niño no toma 3 raciones semanales de pescado, seguramente está en déficit de ácidos grasos omega 3.

El DHA juega un papel fundamental en el desarrollo no solo de su sistema nervioso, sino en el de su tejido cerebral, el cual no alcanza su madurez hasta los 20 años. Por eso se hace evidente la necesidad de este ácido graso.  ¡Pero eso no es todo! Varios estudios científicos han demostrado que una continua ingesta de este ácido graso mejora la fluidez verbal, el coeficiente intelectual y la concentración. Además disminuye el riesgo de conductas antisociales y del síndrome de TDAH e hiperactividad.

Por todo esto, sería recomendable potenciar sus capacidades intelectuales con los omega 3. También podemos suplementar su dieta con algunos superalimentos como la lecitina de soja, el polen o la jalea.

 

PARA TODOS

Pero en definitiva, no debemos olvidar incluir en nuestra dieta un aporte diario de estos ácidos grasos que durante nuestra edad adulta y, sobre todo en personas mayores, contribuirán a mantener sano nuestro cerebro, nuestro sistema nervioso y nuestra vista.

¡Casi nada!